Por
suerte o por desgracia, todo ser humano en este planeta tiene un destino
escrito, o al menos de eso soy partidaria. Toda persona tiene un principio y un
fin, pero no un fin desde el principio. Me explico para que todos me entendáis:
Sólo
tenemos una vida. -Al menos que se sepa.- Entonces… si sólo tenemos una vida…
¿por qué hay gente que la desperdicia? No pretendo ponerme crítica –aunque me
da que voy a acabar haciéndolo- pero, hay gente que no es consciente de que hay
que aprovechar cada año que pasa, y me parece realmente… ya no lamentable, sino
triste. Porque… jamás podrán volver a este presente que ahora vivimos. Jamás se
repetirán los recuerdos que en este presente pudieron guardar, ni tampoco
recrearán esas primeras veces de todo lo que pudieron experimentar. Por
desgracia, los “borrón y cuenta nueva” no existen nada más que en los juegos.
Tuve
un profesor que decía: “No dejes que la vida te pille de sorpresa. Esfuérzate,
aprende a vivir la vida, y sé el dueño de la tuya.” Quizás estas hayan sido las
palabras que más me hayan marcado en mi breve existencia. Digo breve porque aún
me queda mucho por aprender, vivir, experimentar y soñar. El caso es que… si no
se avanza satisfactoriamente, uno ha de levantarse y corregir este presente que
ahora vive para que en un futuro no muy lejano, puedan enorgullecerse de su
pasado, como ya digo, forjado por ellos mismos. Su propio yo. Y ese momento a
todos nos llega, ese mismo instante en el que conciertas que tienes que
aprender a valorar lo realmente importante. Es duro, y lo digo porque yo aún no
estoy ni en la primera mitad de las subdivisiones. No soy más que una gota
transparente e insípida. Insignificante para el mundo. Pero no para mi mundo.
Mucha
gente entra y sale de tu vida, es un ciclo de la vida. Si no saliesen las
viejas, jamás entrarían las nuevas. Creo que es algo sencillo de entender. A
simple vista no somos más que un conjunto, sin ninguna importancia y de igual
semejanza. Antes el ser humano era un individuo dotado de razón, y lo sigue
siendo –más nos vale.- El caso es que era reconocido por ello. Por tener
conocimiento y capacidad de expresarlo mediante el lenguaje. ¿Pero qué es un
ser humano dotado de razón si no es si quiera capaz de manifestar sus
pensamientos, sentimientos y experiencias?
La libertad juega un papel más que importante
en nuestras vidas, y quien te aliena, te determina y por tanto, te anula como
ser humano. Por tanto es un valor anti-humano. Si no viene ni escrito en
nuestra naturaleza, ese “destino” que puede asociarse
filosófico-científicamente al ser.
Desde
que nacemos, dependemos de otros y eso es inevitable. El ser humano por
naturaleza tiende a vivir en sociedad. A medida que vas creciendo, tus padres
te matriculan en el colegio con la esperanza de que algún día seas una persona
de éxito cuyos logros le hayan conducido hasta donde quería llegar. ¿Pero qué
hay del camino recorrido?
Siempre
me dicen que recrearse en el pasado no es bueno. Que mirar hacia atrás, tan
sólo conseguiría alejarme de la realidad evadiéndome de un presente.
Retrocediendo en el tiempo, y junto a mí los recuerdos… ¿Qué
hay de malo en pararse a mirar el camino recorrido? ¿En poder enorgullecerte de
lo que en un día fuiste, demostraste o hiciste; o por el contrario, alegrarte
de lo que en un presente eres, demuestras y haces a diferencia de ese “oscuro”
pasado? Nada,
eso mismo. La gente sigue creyendo que el pasado es algo que debe olvidarse.
Cuando
decía lo de “un fin desde el principio” me refería a esto mismo. Si ahora en un
presente queremos deshacernos de lo vivido, de ese camino metafórico del que
hablaba, ya estamos aceptando que desde un principio estuvimos acabados. Es por
ello que ahora necesitamos anular ese mal recuerdo de la mente. Para purificar
el alma y así volver al principio. Para desembocar un nosotros en el mar del
fin.
Pero
¿qué hubiera sido de la especie humana si todos nuestros antecesores hubieran
pensado como nosotros? Seguramente nadie estaría aquí. La evolución no se
habría desarrollado, y con ella desaparecería quizás la moral. Si no hubiéramos sido capaces de
ubicar nuestro cuerpo en el camino, jamás habríamos seguido preguntando, ni
tampoco buscado respuestas. Sencillamente, la especie humana se habría extinguido.
Eso, o seguiría presente cual animal. Sin ningún tipo de razón, que, como decía
antes, es fundamental.
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Eres el dueño de tu propio destino |
Por
tanto, tenemos un destino. Tenemos que seguir hacia delante, siempre avanzando.
Lo cambiante en nuestra vida puede ser provocado por uno mismo, pero siempre
habrá un futuro para cada persona. Deducible o no, eso es otra cosa. Pero
siempre un destino. Retomando
el tema anterior, a veces para avanzar, es cierto que necesitamos olvidar
ciertas cosas del pasado. Pero no por ello hemos de olvidarlo completamente.
Simplemente, hay que empezar a hacer las cosas de la mejor manera posible. Dejar de influenciarse por nadie y empezar a ser uno mismo, cogiendo ejemplo de
otros más profesionales, eso sí, pero ejemplos elegidos por cada uno, siempre
en nuestro beneficio.
Bien es cierto que parte de nosotros nos
impide olvidar. Estoy segura de que más de uno estará de acuerdo conmigo si
digo que olvidar a una persona, una fecha, un momento o un lugar que algún día
cobró un significado especial para uno mismo, es más que imposible. Olvidar se
utiliza cuando se te ha “olvidado” un libro, una tarea, un hecho. No nada de lo
mencionado. Pero no hablo de olvidar personas. Sino, de encontrar mejores
oportunidades. Mirar sin miedo hacia el futuro, pero siempre viviendo el
presente, y nunca olvidando el pasado.