¿No entiendes lo que pone?

domingo, 22 de julio de 2012

¿Y entonces qué?

Hace unos meses, el periódico El Mundo realizó una entrevista a, tan solo, unos adolescentes del Colegio Ramón y Cajal. Nos preguntaban a mí y a unos compañeros, si pensábamos que España podría acabar como Grecia.

Quizás me equivoqué respondiendo. Recuerdo que dije, que al tener una economía tan potente como la nuestra, sería poco probable que pudiésemos llegar a la misma situación que esa Grecia desolada. Repito que quizás esa respuesta fue muy equívoca por mi parte. Me explico.

Nadie nos asegura que tan solo por ser España, seamos inmunes a cualquier crisis bancaria, política o social. Sin embargo, la gente confía en ello. Creyendo que esa “roja” puede vencer a todo. Pero no se dan cuenta de que la vida real no es una final de fútbol. Los inversores a los que debemos esa deuda, por desgracia, no equivalen a esa Holanda de 2010, a la que vencimos en el mundial.

No pretendo ponerme a favor de un partido u otro, ni mucho menos criticar todos y cada uno de ellos, pero… ¿No dicen que el dinero mueve al mundo? ¿Creen que si comenzamos a bajar los sueldos de los funcionarios, continuamos con parados y pensionistas… de verdad, llegaremos a una situación mejor? Yo entiendo que esa deuda bancaria que tenemos pendiente ha de desaparecer a base de recortes, ¿pero han de ser en sanidad o educación?

La sanidad. Esas pobres personas de la tercera edad que necesitan tantísimos cuidados, medicinas y atenciones, ¿qué van a hacer? Si parte de todo su sueldo era destinado a esos medicamentos necesarios. Tenían una pensión que incluía todo eso, sin embargo ahora, les exigen un 10%. Pero no queda solo ahí. ¿Qué va a pasar con toda esa gente enferma que necesita un hospital donde ser atendida, pero al privatizar todo, no tendrán acceso a esos cuidados? Sí, es cierto, a lo mejor terminan con el paro, pero ¿saben por qué? Porque todos esos parados que no tienen trabajo, que gran parte lo han perdido tras estas últimas elecciones, a los que con suerte llegan a fin de mes, van a ser a partir de ahora unos inútiles. Disminuyendo el paro, pero aumentando la mortalidad. ¿Eso es lo que acaso deseamos? Como bien dijo Felipe González, "Hagamos lo que sea, incluso subir los impuestos, para mantener la sanidad".

Y vuelvo a nombrarle. Ese logro que consiguió Felipe González durante esos catorce años de poder político, consiguiendo que aquellas personas que no podían acceder directamente a la educación, por motivos económicos, no derrochasen ese talento académico. Renovando el sistema de financiación pública. Creando un sistema de becas a disposición de cualquier estudiante que quisiera prosperar pero debido a esos motivos, era incapaz.

¿Por qué ha de desaparecer? Soy estudiante de un colegio privado, y yo misma pido que eso no cambie. ¿Por qué? Porque a diferencia de los maravillosos presidentes que tenemos hoy en día en nuestra sociedad, y ya no hablo solo por el PP, yo si sé lo que significa la palabra empatía. Y sé mirar más allá de mi propio ombligo. ¿Han escuchado ellos acaso eso de “ponerse en la piel de los demás”? Pues al parecer no. Porque entonces no habríamos llegado a esta situación. Es cierto que el dinero es importante en esta vida, pero las personas lo son más. Al menos para mí. ­Porque sin ciudadanos, nunca seríamos sociedad.

Estoy convencida de que si seguimos así, pasarán los años, y quizás recolecten todo ese dinero de deuda, no lo niego. Pero cuando se den la vuelta para informar de ello, se darán cuenta de que se han quedado sin pueblo. ¿Y entonces qué?

Dicho esto, si tan solo una humilde estudiante de dieciséis años comprende todo lo que está afectando al país, ¿tan difícil es que un partido político, que en teoría están preparados para ello, porque se han presentado a candidatura para esto, por qué no es capaz de entenderlo e intentar resolverlo sin necesidad de disminuir las condiciones de vida?

miércoles, 18 de julio de 2012

Aún recuerdo eso que una vez me dijiste


En esta vida hay dos grandes errores: tanto en la vida como en el amor, siempre se espera más y nunca se está satisfecho. 

domingo, 8 de julio de 2012

Recordándote cada minuto

Aquí estoy. Escuchando la canción favorita de una de mis mejores amigas. Mientras ella duerme, nueve horas más atrás. En otro continente. Como si del pasado se tratase. Hace unas horas bromeábamos eso mismo por el skype.

Beatriz Arcones en todo su esplendor.
Recuerdo que una vez la prometí que iba a escribir algo bonito sobre ella. Sobre todo el cariño que me ha dado durante estos últimos tres años. Yo siempre la respondía que no tenía tiempo porque teníamos que dar el último paso antes de los finales de junio. Pero ahora me he quedado sin excusas. 

He de admitir que no se ni por dónde empezar.

Recuerdo tu primer día en el colegio. Era lunes. Fue poco después de tu cumpleaños. 

Llegaste a la primera hora, naturales. Me pediste por favor si podía compartir contigo el libro, ya que eras nueva y aún no tenías ningún material. Segundo de secundaria. Fue un buen año. Ahí formamos nuestra pequeña familia Lucía, tú y yo. El matrimonio y su hija, donde más tarde aparecería nuestro pequeño Andrius, mi hermano. El año pasó tan rápido como sopla el viento. Pero aún anhelo todos esos días en los que nuestra mayor preocupación era saber la locura que íbamos a cometer. El verano cada vez estaba más a nuestro alcance, el cual pudimos disfrutar juntas, la una al lado de la otra, en la playa.

Las conocidas BRJ una tarde cualquiera.
Tercero de secundaria llegaba antes de lo que imaginábamos. 
Por suerte, la familia volvió a juntarse y a multiplicarse. Los llamados Jalebijoru. ¡Qué cantidad de recuerdos se me vienen a la mente! James, mi marido, quien trabajaba para vosotros en el jardín, pero con quien también se enrolló Lucía, María, Raquel e incluso tú. La verdad es que, me dejasteis hecha toda una cornuda. Lolo, quien se suponía que era tu marido, después del divorcio con Lucía, con quien discutíais mi custodia. Pero al fin llegaba cuarto. 
No sin antes una buena dosis de arena y mar, la cual volvimos a compartir.
Todo estaba hablado. Las nuevas clases llegaron a nuestros oídos, y con ellas, hicimos de un largo pero grandioso curso, una realidad. Lleno de anécdotas, recuerdos e incluso lágrimas para derramar. 
Solo una ilusión más escrita por nosotras. 

Abril del 2012. París.
Pero cuarto acababa más rápido de lo que podíamos haber siempre creído. 

Comenzamos como todos esos peques que se ponen nerviosos el primer día de colegio. Sin embargo, fuimos creciendo. Y ya no solo físicamente, sino también con el corazón. Porque solo nosotras sabemos lo que significa eso de la amistad de verdad. Por suerte, somos esas tres de las pocas afortunadas. Compartimos muchísimos recuerdos. Aún nos recuerdo aquel viernes después del colegio, recolectando dinero a cambio de papeletas. O ese magnífico viaje a la ciudad del amor, ese gran admirado París. Días en el cine, tardes en el parque. Recreos interminables. Pero esa satisfacción de sentirte mayor. 
Esa sensación debida a cuatro años machacadores. Esos de educación obligatoria que nos condujeron al título y que finalicé a vuestro lado, en la graduación. 

Ahora nos queda un verano más por delante. 
Tú en Canadá y nosotras en España. Hablando mañana y tarde por skype a pesar de como dije antes, esa odiosa barrera llamada diferencia horaria. 
Porque madrugar no gusta, pero si es para hablar contigo, merece la pena. Por mucho que el tiempo vuele. 

Solo me queda por decir una cosa. Tan solo cuatro palabras. Te echo de menos. 

viernes, 6 de julio de 2012

Canción de la semana

El vídeo que he elegido hoy, es una canción claro está. Pero he decidido mostrárosla, no por ser un hit que ha marcado mucho esta semana, ni tampoco porque haya sido el número uno más escuchado en la lista de canciones que rondan por la radio. La he elegido porque muestra el sentimiento, el cariño. El amor que cualquiera de nosotros daría por su pareja, esa a la que tanto queremos, y por la que cada día sonreiríamos por tenerla junto a la cama. 
Creo que no me queda más que decir. Espero que os guste. 


lunes, 2 de julio de 2012

Lagomar, un lugar lleno de talentos para barajar

La semana pasada tuve la suerte de poder asistir a la obra de teatro de una de mis actrices favoritas, esa a la que llamo mi prima por mucho que la genética diga lo contrario, quien se apoderó de la vergüenza al demostrar que realmente valía para ello. 
También pude ver a algunos amiguillos como Fernando, quien supo hacerse con el público al segundo, encantándoles con su improvisación y talento. 
O incluso a Mireia, a quién hacía un año que no veía, y tuve la suerte de poder verla actuar en su papel, su obra, su colegio.

Como decía, el placer que tuve de asistir al colegio Lagomar, se me vio recompensado con una magnífica actuación a manos de los alumnos de este. 
¿Quién iba a decir que unos humildes estudiantes serían capaces de lograr semejante actuación?
Representaron una serie de fragmentos de algunas obras pertenecientes a la generación del 27, a cada cual mejor.

Comenzaron con “La casa de Bernalda Alba”, de nuestro maravilloso Lorca, continuaron con “Prohibido suicidarse en primavera” de Alejandro Casona, “Melocotón en almíbar” de Miguel Mihura, para poder acabar así actuando todos y cada uno de ellos en “Eloísa está debajo de un almendro” de Enrique Jardiel Poncela.
Todas ellas fueron representadas para ser bien recibidas, porque la verdad es que talento no les faltaba. 

Quizás la que más me gustó fue esa última de Eloísa  porque además de sobreactuar cada uno de los roles asignados, tenía un toque de humor agradable para todos los públicos que supieron transmitir a la perfección.

Sin duda, no tengo que plantearme el volver si puedo tener una segunda oportunidad.
Se despide, una reportera del Ramón y Cajal.